domingo, 18 de septiembre de 2011

DERRIBANDO FRONTERAS





Prologo




A través de la poesía…
no busco fama, dinero ni status social.
Trato de expresar los sentimientos
que mis labios no se animan a musitar.
Trato de pintar a mi terruño
y su historia contar.
Pero por sobre todas las cosas
con el ariete de la poesía,
trato de derribar
 a todas esas fronteras absurdas,
que  fragmentan a la sociedad
para que desaparezcan  Poderosos y Débiles.
y todos podamos navegar en un mar,


donde reine la igualdad y libertad.

 Poeta SERGIO BRAVI:  


"Un viajero con alas de libertad rumbo al reino de la Igualdad 

donde la corrupcion  es una palabra
 que en el pasado sepultada está"





........................
 INDICE

Posta De La Cruz Alta
El Nonno Gringo
Erase  el Agricultor
Río Ctalamochita
Bailes de Campo
Capitanejo Lucacho
La Muerte Del Comandante
Escuelita Tapera
Un Mangrullo En El Tiempo
Tristeza Y Soledad
 Dile En Voz Baja
En La Cornisa Del Tiempo
Capillitas Rurales
Espejo Del Cielo
. Detrás De La Persiana
Tiempos Modernos
El Guardián De Las Palabras
¡Puede Cambiar!
Libre
Te Llamaron Libertad
Hoy
El Niño De Belén
Huellas Del Sufrimiento
Laberinto De La Vida
Enamorado De Natura
Estación Del Amor
El Viento
En El Mar Dorado
Doce Campanadas
Arco Iris Del Amor
Que No Te Sorprenda
Un Día Fue Como Tú
No Me Atormenta
La Partida
De Babel Al Esperanto 

*****************



POSTA DE LA CRUZ ALTA


Fue un veinticinco de Febrero,
de hace más de tres siglos
que un gran visionario español
se afincó en estas benditas tierras

Antigua “Islas de Cámara”,
escondite del nativo
donde Martin de Salvatierra
por ellos fue abatido.

La cruz alta en su tumba
dio nombre a este paraje
en donde “Jacinto Piñero” màs tarde
erigió el casco de su estancia.
En tu camposanto cobijaste
los despojos de “Liniers”,
y en una vieja casona a Belgrano
con su “Ejército Auxiliar”.

Fuiste el descanso obligado
para los osados viajeros del Camino Real
verdaderos pioneros de la epopeya Nacional.

Fuiste víctima del odio
entre invadidos e invasores,
y siempre te ha cobijado
la misericordia de “Nuestra Señora”.

Sumida en la miseria,
la muerte y el cautiverio,
solo viste una luz
cuando llegó el sendero de hierro.
Con él... llegó el inmigrante
muñido de sueños y fuerza,
para domar con la reja
a esta salvaje tierra.

Del indio al conquistador,
y del gaucho al inmigrante,
hoy te alzas esbelta y luminosa
¡Próspera ciudad de Cruz Alta!



  EL NONNO GRINGO

El Nonno Gringo que había venido del Viejo Mundo  
escapando de la barbarie de la guerra,
no deseaba ser esclavo  en la América soñada.
Quería ser libre y por ese ideal  el vasto océano había cruzado.
     
Era objeto de burla  de parte de criollos holgazanes
y de sometimiento por terratenientes y oligarcas
que ya en estas tierras se había afincado;
pero era el hambre  lo que a  tal injusticia  les hacía tolerar.
    
Cuando se creyeron seguro de sí mismo
y que de ellos dependía el crecimiento de su nueva Patria,
alzaron su voz esos viejos anarquistas
que sus ideales  de igualdad  y libertad
por temor a ser deportados   ¡Habían ocultado!
      

El Nonno Gringo no era “mentecato” ni cobarde.
No recurría a  la Justicia cuando la Injusticia”  a su puerta llamaba.
Empuñando el tridente, o la  vieja“Winchester
no dudaba en repeler hasta la fuerza policiaca.
       
 El ahorro y previsión eran su baluarte
y no lo desahuciaba si los “cajetillas” del pueblo o la ciudad,
 de miserable o“pijotero” lo tildaran.
     
  El Nonno Gringo era rudo y tenaz  en el trabajo;
pero a flor de piel llevaba el arte.
Acordeones, violines  y guitarras ,  acompañando a desafinadas voces ;
¡Eran las que por las noches,  a la paisanada de su colonia alegraba!
        
Si el Nonno gringo hoy despertara…
 ¡Que desazón se habría  de llevar!
al ver que sus descendientes despilfarraron  
todo  el esfuerzo que ellos empeñaron ,  para su porvenir asegurarles.
Y que se convirtieron en esclavos  de la”Señora Moda “
y  de rufianes con eso de que:
¡Hay disfrutar la vida! ¡La plata hay que gastarla!
y si no te alcanza.¡Sacasela al  pobre diablo que trabaja!
Pero el Nonno Gringo  satisfecho con su tránsito terreno,

hoy sigue abriendo el surco,  en esos campos del Cielo. 



ERASE EL AGRICULTOR

Eranse ellos… “Los Agricultores”,
un ejército de pioneros
que a la cúspide del mundo
a la Argentina elevó.

Desafío al Poderoso,
 con su honra y valor
y ayudado por benévolas leyes y su esfuerzo,
en parcelas al “latifundio” convirtió.
Y eso …¡Al oligarca no les gustó!
prometiendo venganza que todavía no terminó.

Ya no puede mitigar el hambre de la humanidad
con los frutos de la tierra,
pues cerraron las puertas al mundo
sin ninguna explicación.

Son los que tienen el privilegio
de proveer los alimentos
 que a nuestro cuerpo a de nutrir.
Pero en vez  de alabarlo por  sublime responsabilidad,
es difamado  y discriminado.
-Tal vez por envidia  o inducción–
  por la corrompida  sociedad.

Desde hace varias décadas
aliado con la “Señora Moda”
y cerrando escuelitas rurales,
comenzó su lento arreo
del “campo a  la estación”.

Sus hogares convertidos en taperas
eran el recuerdo de su momento de esplendor;
pero los nuevos dueños de la tierra
para borrar el pasado,
en una profunda fosa  todo lo sepultó,
quedando el horizonte llano
como antes de que el inmigrante llegara,
para que los agricultores sin rostro
con su mano de obra esclava,
- sin obstáculos  alguno-

Lleven adelante su labor.



RÍO CTALAMOCHITA

Legendario “Ctalamochita”
que cuando al “Chocancharava” te unes,
te llamas Carcarañá,
una cuenta más quiero agregar
al rosario de los que antes que Yo,
te evocaron con pasión y dignidad.

Con ciclópeas murallas
en tu naciente te enclaustraron,
en pos el progreso y el bienestar,
engendrando con tus lagos
un paraíso sin igual;
pero tus aguas siempre lograron escapar,
para iniciar un largo y perezoso camino
rumbo al majestuoso Paraná.

Fuiste el hilo de “Ariadna”
para aquel puñados e hombres
que embaucado por la codicia
a la “Ciudad de lo Cesares”
no pudieron encontrar.
Y también el referente
para que a tu margen naciera,
el antiguo “Camino Real”.



Atrás ha quedado el anhelo,
de unir a la Docta con el mar
y ninguna balsa cerealera
sobre tu dorso pudiste llevar.

Pero hoy solo te conformas
con ser arriero de peces,
y regocijar en el estío con tu frescura,
a quienes con tus aguas
se dejan acariciar.

Antes que el mismo hombre
y las criaturas del “mioceno”,
emprendiste este largo viaje,
que solo en el fin de los tiempos
cuando reine las tinieblas
¡Se ha de acabar!




BAILES DE CAMPO

Aquellos bailes de campo que con acordeón y batería,
alegraba la vida  a la paisanada y a sus hijos despertaba el amor;
¡No quedarán en el olvido! y siempre estará presente
cada vez que mis dedos se deslicen en el teclado
de esa vieja acordeón  que a  esos bailes amenizó.

Aquellos hombres y mujeres rudos  en el trabajo,
al llegar la noche dejaban aflorar de su alma,
la pasión por la música  que la Europa les legó.

Terminada la juntada de maíz,
comenzaba  de chacra  en chacra
esta bulliciosa costumbre,
que aparte de alegrar a los mayores,
despertaban en los jóvenes con  esta chispa, .
al fuego del amor.

Eran tiempos  difíciles y de privaciones
de gente sencilla  y  sin grandes aspiraciones
más allá de alimentarse, divertirse y honrar a su DIOS.
Eran tiempo donde la palabra tenía valor.
Y reinaba la solidez familiar
gracias al respeto , la tolerancia y la honra  a las persona mayor.

Eran tiempo  en que los niños, las mujeres y los ancianos
también trabajaban forjando desde el núcleo familiar
 su porvenir y el de su nueva Nación,

Pero hoy todo es un triste   y añorado  recuerdo;
pues el agricultor ha desaparecido,
La cultura del trabajo se está esfumando
y la familia  está en vía de extinción.

Solo vuelvo  a soñar …
cuando una ranchera , tarantela o pasodoble,
mi dedos perezosos  arrancan,
de esa noble  acordeón-



CAPITANEJO LUCACHO

Soy el “Capitanejo Lucacho”
del gran cacique “Baigorrita”
que a fuerza de lanzas y bolas
defiende a su “Imperio Ranquelino”
Aunque no soy cristiano,
hablo y escribo “castilla”
y los que les voy a contar
son palabras del gran jefe.

<< Ustedes se enfadan cuando cautivamos
a sus blancas y bellas mujeres;
¿Pero acaso recuerdan
que vuestros ancestros a los nuestros
les quitaron sus esposas, hijas y madres
para saciar sus oscuros deseos?
En cambio nosotros lo hacemos
para embellecer y fortalecer a nuestra raza,
y para que esos hijos bastardos
–como el huinca los llama–
se sientan dueños de estas tierras
que tantas víctimas inocentes
injustamente se están cobrando>>

<es sangre de mi sangre,
y cuando crezca será valiente como su padre,
para defenderlo de otros invasores
que sin empuñar armas
de estas tierras se adueñarán>>

Asi rezaba una esquela
en la rama de un chañar,
donde el Comandante Reyes Arayas encontró
–extenuada por el viaje–
a la cautiva Luciana Gorosito,
después de haber decidido el cacique Manuel,
que retorne con su gente:
¡Allá en la Cruz Alta!




LA MUERTE DEL COMANDANTE

El continuo arrebato de hacienda de mano de los indios y bandoleros, no había hecho excepción a los bueyes de Rufino Aragón. Con gran esfuerzo, pudo conseguir una yunta en “Fraile el Muerto”, y en esa tarde otoñal, se dispuso a labrar la tierra para la siembra del trigo. Por momentos asomaba el sol entre los “cirros, y cuando ello no ocurría, el frío viento del Norte, calaba hasta los huesos. Muy satisfecho con la mansedumbre y obediencia de las bestias, decidió darles un descanso.
Eran cerca de las tres de la tarde, cuando haciendo visera con la mano –eso era común entre los vecinos; pues “ellos...” podían estar en cualquier parte y momento– divisa a un jinete que se detiene en una laguna al sur de la aldea.
Dejó el arado atado a sus “yuntas”, y marchó de prisa a la casa de su vecino y amigo Faustino Almirón. Muñido de lanzas, espadas y pistolas; emprendieron la marcha. Las buenas cabalgaduras que poseían, los llevó a recorrer en menos de lo esperado los casi tres “cuadrados” al lugar donde habían visto desaparecer al jinete –tal vez un indio espía–; pero nadie estaba ahí. Avanzaron un poco más, y vieron a dos aborígenes. En las proximidades de campo “La Ornalla”; divisaron un número mayor.
No había duda; estaban esperando órdenes para llevar adelante un ataque.
-¡No me gusta nada esto Rufino!
-A mí tampoco – ¿Se te ocurre algo Faustino?
-¡Sí!, mientras yo lo distraigo –ya que tenés un caballo más rápido– vete al pueblo a preparar la defensa; ¿De acuerdo?
-Si Faustino; ¡Cuídate!
El “comandante” lo espoleó furioso y emprendió el regreso. Pero pronto se oyó un silbido y un golpe seco. Era una “bola perdida” que impactó en su cabeza. Faustino que se arrepintió del plan y decidió seguirlo –manteniendo una distancia prudencial– descargó las balas de su pistola entre las malezas que creía moverse. Seguramente la indignación y la impotencia lo llevaron a malgastar pólvora. El supuesto indio no estaba allí; pero al menos lo amedrentó.
No había nada que hacer: ¡Rufino estaba muerto! Sin perder la calma lo cargó en su caballo, y llevándolo de tiro emprendió el regreso.

Tras la desesperada llegada de Almirón con la triste noticia; se dispusieron a organizar la defensa. Mientras ello ocurría, un jinete que arribó a toda prisa ocultándose entre los montecillos de espinillos y venía de campo “La Ornalla”, exclamó agitado. ¡No ha quedado nadie a salvo allá! ¡Buscan a una dama Inglesa!
-¿No será esa bella mujerzuela que arribó unos días atrás? –comentó alguien entre la muchedumbre.
-¡Sí, es ella! –enfatizó el mensajero cuando le describieron sus rasgos– ¡Entréguenla ante que avance la “horda de la muerte”!. Se los aseguro ¡Cumplan!; pues tiene vinculaciones con caciques y bandoleros. De ellos escapan. Dicen... allá en los Buenos Ayres, que se alzó con un botín que no les pertenece –sentenció “Ponciano Gauna” antes de retomar la senda que lo llevaría al “Saladillo”con su mensajería.

Cuando “Faustino Almirón desde las almenas de la terraza de la comandancia arengaba a su gente; un “idiota” –de esos que nunca han faltado ni faltarán – irrumpió diciendo: ¡Lo hace de maravilla!
Todos conocían su estado emocional, cuando satisfacía los deseo de la carne .Y no fue difícil sacar conclusión.
“No era para menos –si así lo fue– para alguien que sofocaba su “ero”con mestizas de vida fácil que ocasionalmente pasaban por la aldea. Ahora a cambio de refugio y silencio; tenía a su merced, a una “diosa” jamás imaginada. De piel rosada, rubia y de ojos claro. Como algunas de las que solían descender de los carruajes, mientras cambiaban cabalgaduras. Totalmente cubierta de tules y lienzos, para proteger su belleza en el inhóspito camino.”
-La tiene él. ¡Te juego lo que quieras!
-No me juegues nada –musitó en voz baja Rosendo Sosa a su amigo –mejor ¡Vámonos! Y actuemos por cuenta propia –añadió. Yo... ya me voy. Disimula un poco y nos encontramos... ¡Ya sabés donde!

Una vez en el rancho, escudriñaron los pocos escondijos pero... ¡Nada!
-Mira Rosendo lo que encontré. ¡La entrada al refugio!
Al levantar la pesada compuerta y luego descender; se encontraron con el túnel.
-No pensaba que este “idiota” tuviera acceso a él –exclamó preocupado Rosendo– ¡Esto se complica!
-Y... ¿Dónde pensás que puede estar?
-En cualquier parte de estos laberintos Bonifacio, y no hay tiempo que perder.

Al rato, un chiquillo vociferó con entusiasmo – ¡Ahí vienen jefe!
-¡No lo puedo creer que lo hayan conseguido! Y deshacerse de tal codiciada presa –exclamó con euforia Faustino que ya se había enterado del plan concebido. Solo les preocupaba el yeguarizo que a cambio perdería.
En el más brioso de los corceles iba ella sola. Elegantemente ataviada y con un vestido escarlata de profundo escote, ajustado a su espalda por cordeles. La vaporosa cabellera rubia, descendía hasta su cintura como si fuese una cascada de mieses. Detrás... con látigo en mano y a corta distancia, iba Rosendo y su amigo.
Cuando llegaron frente a la comandancia, hizo corcovar a su caballo, y luego girar sobre si mismo; mientras presurosa desataba el cordón que sujetaba el “corsé” a su busto.
-¡bien que lo gozaron corruptos! –gritó ahora con la pechera baja y sus senos desbordando por encima del ceñidor.
Ante tal aluvión de blasfemias todos enmudecieron. Las mujeres allí presente se sonrojaron y se sintieron humilladas. Apoyaban la cara de los niños contra sus faldas, para que no vieran; y con sus manos le tapaban el oído para que no sintieran.
Rosendo –harto de oírla– fustigó a su caballo de un latigazo haciéndolo huir a campo abierto.
-¡Tengan cuidado! –recomendó Faustino; a Don Sosa y su amigo Bonifacio que la custodiaría hasta la cercanía de las huestes salvaje o de algún “bombero”.
-¡Pierda cuidado! –exclamaron a coro.

Cuando estaban de regreso y a pocas cuadras del fuerte, dejaron de galopar y desandaron el trecho que les quedaba al paso. El sol ya estaba tocando el horizonte entres hilachentas nubes.
-Según oí Rosendo, ella llevaba un botín que no le pertenecía.
No le contestó; pero con un gesto amenazador le dio a entender que debía callar.
-Lo siento pero seguiremos en problemas –le advirtió sin amedrentarse; pero Rosendo no contestó.
-¡Muy bien hecho! –gritó Faustino al verlos sano y a salvo, tras apartar sus ojos del “anteojo de campaña” – ¡Llegó a destino y ahora emprenden la retirada!
-Deja tu pesimismo de lado Bonifacio – ¡Lo hemos logrado!
-Yo no estaría tan seguro compadre. No creo que sacrificaría su vida por nosotros. Tarde o temprano volverá por lo suyo –le respondió mientras ataban sus caballos al palenque.
Todos respiraron aliviado ante este logro; pero no hubo motivo para festejar. El Comandante Rufino Aragón estaba muerto y todos se dirigieron a la iglesia donde se llevaría a cabo el velatorio.
Al día siguiente momentos ante de la sepultura, tres niños –que desobedeciendo a sus padres fueron al lugar donde cayó el comandante– traía consigo una faca con las iniciales (R.A) forjada en su mango. También una bola de piedra ranurada con un tiento como asadera. La encontraron a metros de la cuchilla, y no había duda que ese instrumento del mal se llevó su vida. Por un instante pasó de mano en mano, hasta que alguien ya harto, la arrojó a los pastizales linderos.
Uno de esos tres niños –pariente del difunto– la volvió a encontrar, y envolviéndola en un lienzo la escondió como recuerdo.
Sería el testimonio de su presente, para las generaciones que un día vendrán.

..........................................................

Cada vez que la veo –a esa “bola arrojadiza” –en la vitrina del “Museo de la Cruz Alta”; siento impotencia y un escalofrío deslizándose por mi cuerpo. Y en mi mente se entretejen historias que amalgaman: fantasía y realidad.







ESCUELITA TAPERA

Escuelitas rurales taperas,
desvencijada por el paso del tiempo
y el “amigo ajeno”,
te vas jalonando en estas pampas,
otrora llena de vida, esperanzas y anhelos.

El confort y el progreso
llevó a los hombres al pueblo,
dejándote a ti y a sus hogares,
abandonados en esta fecundas tierra.

Cuando transitando caminos polvorientos,
encuentras a una escuelita tapera;
no te muestres indiferente
y detente un momento en ella.
entonces: observad el mástil herrumbrado
y dirigid tu vista al cielo,
imaginando a nuestra enseña flameando en lo alto,
y a una fila de niños de guardapolvos blancos
–despeinados por el viento–
cantándole “Aurora” o “Salve” a la sagrada bandera.
Oíd el repetido “talan” de la campana,
anunciando que el recreo ha finalizado;
pero rehusándose a volver
por un juego no terminado.


Esos niños estarán solo en tu mente;
pero si fijas un momento la mirada en ellos,
seguramente encontrarás
al rostro de tus padres o abuelos.

Escuela Nacional 67
enclavada en “Campo Monasterio”
donde aprendí a escribir
y formaron mi intelecto;
tampoco estás excluida de esta lista:
¡La de “Escuelitas Taperas”!







UN MANGRULLO EN EL TIEMPO

Al observarte magnífico e imponente,
con postes aserrados y sujeto con hierros,
en mi retina vuelven a tomar forma;
ese viejo “mangrullo” de palos deformes
y atado con tientos,
que tambaleante se resistía
a la ira del viento.

A la distancia se avizoraba su frágil silueta,
en postas y fortines de la patria naciente,
y el vigía que en él se apostaba
–desafiando a las inclemencias del tiempo–
hacía sonar su clarín
cuando una polvadera divisaba a lo lejos.
A veces era un chasqui o una tropa de carretas,
entonces en el villorrio era alegría y fiesta.
Otras… un enjambre de lanzas,
y eso era sentencia segura de vejámenes y muertes.

Si en algunas noches cerrada,
una partida no podía el rumbo encontrar,
el centinela en lo alto
al bronce hacía vibrar,
para que a la aldea pudiesen regresar.


Dentro de un cerco de tunas
como un valiente gigante
a ese grupo de ranchos pretendes custodiar.
Y en estos tiempos que corre:
¡No eres un emblema más!
sos el símbolo en nuestra Cruz Alta
de un tiempo pasado
plagado de sangre, luchas y barbaries,
para las generaciones de Hoy
y que un día vendrán.




TRISTEZA Y SOLEDAD

Si estando a su lado sentía gozo y tranquilidad:
¿Hasta cuando me has de atrapar
y con mi corazón vas a jugar,
tristeza y soledad?
Si bellas poesías por ella escribí,
y hermosas melodías a sus oídos susurré;
¿Por qué este castigo ha caído sobre mí?
¡Devuélvemela pronto! que ya no puedo soportar,
los embates de la vida sin ella en mi andar.
Esa media felicidad
que se muestra esquiva y nunca parece llegar,
tiene nombre de mujer y no  lo puedo ocultar.
Deambulando en "una disco"
en la calle o en un bar:
¡Tal vez la puedo encontrar!
Pero…¿En qué parte del tiempo terrenal
eso ocurrirá, si es que marcado está?
Si soy feliz a veces,
a mi lado la tengo que imaginar;
pero como en el sueño,  solo un instante durará.
¿Por qué tengo que sufrir y al cielo clamar?
¿Qué mal hice al mundo si para otros,
es tan fácil  a una mujer enamorar?
 
Quizás ha sido necesario este duro trajinar,
para esperar que a mi huella ,
ella pudiera  algún día llegar.
¡Óyeme Tristeza y Soledad!
¡Márchate pronto para que ella pueda arribar!
y no trunques las ilusiones
de quien ama de verdad.



DILE EN VOZ BAJA


Dile en voz baja al viento que pasa,
y besa muy suave a la verde pradera;
que a veces con fuerza su ira desata;
y limpia de polvo y nubes al cielo.

Dile en voz baja a la blanca nube,
que como un capullo surca el firmamento;
que a veces hilachenta el viento la deja,
por ser muy coqueta en plena tormenta.

Dile en voz baja al rayo travieso,
que extrañas figuras dibuja en el suelo,
que a veces evapora la suave fragancia,
que aroma tu joven cuerpo de princesa.

Dile no importa a cuales de ellos,
si me amas o me odias pues quiero saberlo,
la santa impaciencia a mi me destroza
y me llena de penas.

Dicen las estrellas, que en noches muy claras,
apoya tu dorso en la suave estepa;
con mucha ternura las mira impaciente
y vigila si alguna se pierde por siempre.


El rocío no puede de ti olvidarse,
por eso a tu rostro quiere acariciar,
con pequeñas gotitas traídas del cielo,
y cristales muy puros de su Majestad.

La aurora purpura y pinta de oro,
al vasto horizonte que en llama se enciende,
y a tu esbelta silueta que admira y contempla
Al “Rey de la vida” en su viaje de siempre.

Dile en voz baja a la mansa lluvia,
que en llanto y nostalgia inunda mi alma;
si a todo los seres devuelve la vida:
¿Por qué tu entonces muy triste te sientes?

Pero...
Dile en voz baja
Si me amas o me odias
Mi bella doncella, me hurgue saberlo





EN LA CORNISA DEL TIEMPO

Era una clara y gélida noche de invierno. Ella caminaba por la cornisa del tiempo.
Era el presente cuando la conocí; pero podría llevarme al pasado. Sí... adonde yo quisiera.
Podría... llevarme al Edén y deleitarme con el goce pasional de Adán y Eva.
Podría avanzar un poco más. Entrar al “Arca de Noé”, y contemplar como se abrían las cataratas del cielo, y mas tarde a la nueva tierra en el horizonte emerger.
Podría... llevarme a las arenas del desierto, en esas interminables caravanas de camellos, cargadas de oro y especias.
Podría... ser un legionario Romano o inmiscuirme en el “caballo de Troya” para rescatar a la bella Helena.
Podría... ¡Cuantas cosas hacer esta acicalada dama francesa!
También al futuro podría llevarme, ¡Sí..! saltando galaxias y quásares, a un lugar donde no existe el tiempo.

...........................................

Las luces Psicodélicas hicieron su juego, mientras sus ojos devoraban a toda la multitud que bailaba en esa discoteca.
En un pequeño disco de “iridio”, enclaustraba al mundo que se iba engullendo. Detrás... quedaba oscuridad y silencio.
¡Habíamos quedado solos!, y me había salvado de su treta, por haber sido su aposento, mientras duró aquella escena.
Fui sin quererlo cómplice de su chanza. Se llamaba “Madelaine” y dicen que su cuerpo, era tan solo “polvo de estrellas”; pero nunca pude saberlo. Cuando quise calmar con ella la sed del “ero...”
¡Se interpuso otro sueño!




CAPILLITAS RURALES


El “Poder” con sutileza
y valiéndose de artimañas,
al hombre de campo de su terruño arrancó.
Fue un trabajo de hormiga
que varias décadas duró;
pues temía que aliado con “Natura”,
germine en su pecho
ideales de libertad y rebelión.

En taperas sus hogares
muy pronto se convirtió,
y aquellas humildes ermitas
–donde moraba el santo de su devoción –
también muy sola quedó.

A la vera de un camino cualquiera,
las puedes encontrar;
entonces…
no te empeñes en tu marcha continuar,
¡Detente!, déjale una flor
–no importa si es silvestre –
y rézale una oración.

Aunque su imagen
sea pintada o de terracota,
igual siéntete cerca de Dios.

Capillitas rurales,
diseminadas en la fecunda tierra
por obra del “Señor”,
no puedo dejar al divisarte,
de soltar un lagrimón.




ESPEJO DEL CIELO

Espejo de plata que brilla en la noche,
testigo de penas y nostalgia del alma;
como he de olvidarte si alumbras el camino,
cuando en la vida se vuelve errante.

Cuando tienes la forma de media moneda,
con toda tus fuerzas a la tierra llamás,
entonces las semillas que en ella se encuentran,
erguidas se alzan, para poderte saludar.

Más pronto entonces hermosa te vuelves
como un disco de plata flotando en el cielo,
la noche cual fuese un día radiante,
se viste de gala y aleja al miedo.

Una gran escalera quisiera tener,
para poder hasta ella un día llegar,.
correr por sus valles de arena plateada,
como un niño que sueña en ella jugar.

Que bellos paisajes en el horizonte,
genera a tu entorno cuando apareces.
si es en verano enciendes romances,
y si es en invierno... ¡Nostalgia despierta!

Si es en la mar tapizada de olas,
una alfombra plateada me incita a cruzar.
si es entre cerros rodeados de pinos,
como una condesa te quieres mostrar.

Si es entre nubes que avanzan en tormenta,
con bordes de plata las quiere adornar.
y si es en el campo cubierto de mieces,
les dice en secreto. ¡Madúrate yá!.

Cuando en las arenas del trópico ardiente,
y entre palmeras comienza a brillar,
un marco imponente de extrema belleza,
engendra en mi mente las ganas de amar.

Cuando en invierno derramas tu lumbre
en nieve a la escarcha quieres transformar.
el frío me corta como una navaja,
y a gritos te pido que me hagas gozar.

Cada tarde que pasa más tarde te acuestas,
y tu magna belleza perdiéndose vá,
hasta que tan sola una aureola brillante,
de tu hermosura ha quedado yá.

Esta ha sido la bella y dulce historia,
del astro que inspira y ayuda a soñar,
que siempre me acerca mensajes muy tierno,
que Tú cada noche , les hace llegar.





DETRÁS DE LA PERSIANA


Avanzaba desahuciado y sin ninguna meta,
pero el azar escogió el camino,
donde tus huellas se imprimían a diario
en el polvo suelto.
Era el de tu morada,
y era de noche cuando giré mi cabeza;
pero la puerta no estaba entreabierta.
Esa era la señal por si aprobaba lo nuestro.
Nada de eso ocurrió pero... ¡Oh sorpresa!

...Detrás de la persiana y a oscura,
te vi espiándome; pero olvidaste una cosa:
la luz difusa de la habitación contigua,
cual si fuese una cámara oscura,
delató a tu esbelta silueta.
¿Cobardía o placer...?
El arte de mirar sin ser visto,
ha perdurado y se eternizará
Con el fin de los tiempos.



TIEMPOS  MODERNOS

Tiempos modernos,
tiempos de cambio,
cibernéticos y demoniacos profetas,
nos tejen redes invisibles
para podernos atrapar.

Somos hombres masas
 y no lo podemos negar;
pues poblamos la tierra
como las arenas del mar.

Para ser buen visto
en esta sociedad,
tienes que mentir , humillar
y endiosarte con falsas promesas
que nunca cumplirá.

En los “bajos instinto”
el Porqué de tu vida se debe arraigar,
para que todos tus anhelos
como si nada se hagan realidad;
pues de lo contrario
como un zonzo catalogado quedaras
y con muchos esfuerzo
solo a veces la meta alcanzará.

¿Dónde estás cortesía?
me suelo preguntar
cuando un ¡Hola!
no brotan de los labios
de alguien que en el camino
se nos cruza en nuestro andar.

¿Hasta cuando esas absurdas fronteras
políticas, religiosas y étnicas
que los hombres han puesto
fragmentará a la sociedad?
¡Hasta cuando al odio entre los pueblo
con misiles y cañones lo vamos a saciar!
¿No es el dialogo el camino mas fácil
que debemos abordar?

¿Por qué no miras tu vida
antes de criticar a los demás?
pues quizás ocultes defectos
que a tu alma ensuciando está.

¿Por qué olvidas al presente
por pensar en lo que mañana vendrá,
o te duermas en la gloria
de un pasado que no volverá?

Corren tiempos modernos
pero no te dejes llevar,
por el río turbio 
que ensució la humanidad.
Pues al final del camino
el “Hacedor” no te premiará;
por la fama, la riqueza
o lo que pretendiste aparentar;
sino por tus obras y dignidad
o las buenas intenciones
de a tu prójimo ayudar.




EL GUARDIÁN DE LAS PALABRAS

Soy el “guardián de las palabras”
que habita en el “monte Hefestium”,
un remoto y encantado paraíso
donde mora el alma de los poetas.
Y lo que les va a decir
quien hoy escribe estos versos,
son pensamientos míos
que le transmito en sus sueños.

¿Por qué tenéis tantos prejuicios
en decir a tu entorno que eres poeta?
¿Por qué ocultar en un seudónimo
a las ideas que emanan de tu mente?
Quizás… no seas graduado en una academia;
pero eso nada impide
que seas artesano de las letras.
Porque poeta se nace,
y se forja entre el yunque de la lectura
y el martinete de los sueños.
Ser poeta, es agregar pizcas de locura
al hábito de la prudencia.
Ser poeta es no amedrentarse,
si por lo bajo te dicen:
que a tus palabras debes cuidar
pues… ¿Quién ha de callar a tus versos,
cuando emprendieron vuelo
con alas de libertad?
Ellos…
solo creen en la verdad de la fuerza,
y necesitan que los hombres
se arrodillen a sus pies;
en cambio a ustedes los poetas,
es la fuerza de la verdad
la que los va a guiar.
Y aunque te desafíen:
¡No te disponga a las armas tomar!
Pues…
es la palabra y no la violencia
lo que al mundo cambiará.

¡Soy el “Guardián de las palabras”!
y a través de este hermano poeta,
con ustedes muy pronto
me volveré a manifestar.





¡PUEDE CAMBIAR!


¡El mundo puede cambiar!
y antes que le pregunte; ¿Cómo?
el anciano se apresuró a contestar:
“Cuando los seres humanos,
no se consideren superiores
o inferiores a los demás;
sino a sus semejantes igual.
Cuando solo sientan temor de Dios
y de la naturaleza -su creación-
Cuando tanto al indigente
como al dirigente,
con la misma deferencia han de tratar;
pues todo nacemos, crecemos,
procreamos y morimos por igual”

Tras una breve pausa,
y dándome un apretón de manos
antes de marcharse prosiguió:
“Si existen dominadores y humilladores,
es porqué existen humillados y oprimidos;
pero si estos últimos no lo sustentan,
no se rinden a sus pies,
y a sus infrahumanas órdenes
se han de rebelar:
¡El poderoso desaparecerá!
y la equidad junto a la paz
al mundo colmará.”

¡El mundo puede cambiar!.
Esa voz en el tiempo y la distancia,
me incita a luchar,
y aunque solo dependa de nosotros;
me decepciona la triste realidad,
de criaturas que no aceptan
salir de su multicolor burbuja de cristal,
para ser vasallos en este mundo capitalista,
de un simple mortal



LIBRE

Libre no es el viento
que impulsa a un velero,
o hace girar a las aspas
de un molino harinero.

Libre no es el mar,
que rompe sus olas
en una escollera,
en vez de acariciar en la playa
a la suave arena.

Libre no son los hombres,
aunque estén afuera
de una jaula de hierro.
Libre…
son quienes no se dejan regir
por el horario, la moda,
el calendario o la envolvente propaganda;
pero eso tiene su precio,
en este mundo sistematizado y consumista:
-por unos pocos gobernados-
¡Discriminación e indiferencia!






TE LLAMARON LIBERTAD

Dominabas el cielo y la tierra,
y también la bravura del mar.
Dominaste un mundo sin frontera
y justamente te llamaron “libertad”.

Libertad que brota de los labios
con ansias de salir a volar.
Libertad que pliega sus alas
cuando enfrenta la triste realidad.

Realidad que enclaustra tu esencia,
cuando de guerra o barbarie oyes hablar.
Realidad que ablanda las fibras,
cuando un niño clama por su pan.

pan que arrojan al cesto,
quienes se creen superiores a los demás.
Para el foráneos graneros rebosantes,
y para el pueblo hambre y soledad.

Soledad: martirio de las almas,
que las atrapa aunque sientan libertad.
Libertad: estandarte de los pueblos,
que del yugo forastero se quiere librar.









HOY


Hoy me acuesto a dormir
con muchas ilusiones
para el día que vendrá;
pero…¿Qué pasará si ese sueño
se convierte en eternidad?
Hoy… salgo de viaje
y no se si he de regresar.
Hoy… bebo de tus ánforas
el néctar de la vida
y palpo cada centímetro de tu piel
pues quizás mañana
a mi lado ya no estás.
Hoy… tejo una red de ilusiones pero:
¿He dejado puertas abiertas
para poder regresar
si la lluvia se vuelve vendaval?
¿Me he preparado por si llego a fracasar?
Hoy… todo es prisa y velocidad,
y nadie se detiene a pensar.
¡Nos han quitado el talento
de soñar, tolerar y razonar!
con artilugios que nos llevan
a un mundo ideal.

¡Es el mundo globalizado!
que no quiere líderes,
que a un pueblo pueda subyugar,
y que solo les importa el Hoy…
olvidando el futuro,
y borrando el pasado
que acabamos de pisar.






EL NIÑO DE BELÉN


La noche oculta todos sus rumores
y la historia el hombre comienza a cambiar,
muy sigilosa en el horizonte,
una estrella con cola se empieza a elevar.

La intriga palpita en todo los Seres:
¿Cuál es su destino? ¿Adonde posará?
y sobre un establo cubierto de nieve,
detiene su marcha fulgente de paz.

El sollozo de un niño irrumpe la calma
y un coro de ángeles del cielo se oyó,
mientras los pastores llenos de alegría,
al “Mesías” reciben con gran devoción.

Al cometa siguieron los tres Reyes Magos
y con mirra e incienso quisieron adorar,
al rey de los cielos que ya ha nacido,
al abrigo de un establo, con toda humildad .

La antigua promesa hecha a los hombres,
ante la ignorancia; ¡Por fin se cumplió!
No es un niño cualquiera el que al mundo ha venido,
es el Hijo del Padre, es el Hijo de Dios-

El tiempo ha pasado y la luz de Belén,
a través de los siglos más brillante será.
El hombre y la ciencia a la espesa tiniebla,
con su fuerza aparente jamás vencerá.

¡Feliz Navidad! resuene en lo alto,
¡Feliz Navidad! repique en los cerros.
Feliz Navidad y que al niño Jesús,
lo lleves por siempre en tu corazón.






HUELLAS DEL SUFRIMIENTO


Es tarde de invierno soleada y sin viento,
y ninguna nubecilla, se atreve a pasar;
el silencio profundo de toda la campiña,
cada tanto es cortado, por un pájaro al cantar.

Yo quisiera imaginarte sentada en un jardín,
dejándote por los rayos del sol acariciar;
con tu hermosa cabellera cubriéndote la espalda,
y las preciosas esmeraldas brillando en tu mirar.

De a poco sin quererlo te fuiste adormeciendo,
y en un mundo sin fronteras, comenzaste a viajar;
una blanca palomita posada sobre el césped,
extendía sus alitas, simulando dormitar.

Ese viaje de ensueño muy poco ha durado,
y ese príncipe “dorado” de tu vida se ha marchado;
esa bella torcacita a su nido ha retornado
pues la tarde se iba yendo, y la sombra se acercaba.

En esas interminables noches de invierno,
tu libro preferido te ha de acompañar;
mientras de a poco las llamas devoran,
al milenario carbón en el seno del hogar.


Es noche de sábado y jamás lo entenderás
Por qué de esa manera te atrapó la soledad;
mientras otros disfrutan la ventura de amar;
las huellas del sufrimiento,
en tu rostro quedará.
,






LABERINTO DE LA VIDA


Quisiera a las estrellas con la mano tocar,
y en la cola de un cometa poder cabalgar.
Quisiera que la luna sea un delicioso pastel,
y en lo alto de la torre poderlo saborear.
Quisiera sumergirme en el fondo del mar
adonde un viejo navío lo llevó la tempestad,
y entre oro y aguardientes poderme pasear,
como un filibustero al acecho en alta mar;
Pero… ¿Cómo hacerlo?
si de este laberinto ¡Jamás podré escapar!

Quisiera como “Apolo” el cielo surcar,
y al son de la lira al mundo alegrar.
Y en un carro de guerra con blancos corceles
todas las noches llevarte a pasear.
Quisiera tus ojos que todo seduce.
Quisiera tu pelo que huele a fragancia
y besar tu boquita que todo lo cambia.
Quisiera en tu cuerpo poder refugiarme
y los secretos del alma poderte arrancar.
Pero… ¿Cómo he de hacerlo?
Si a la esperas te encuentras: ¡Maldita soledad!

Por todos los mundos quisiera escapar;
pero si algún día lo logro. ¿Adonde iré a parar?
si este laberinto que me toca transitar,
es mi propia existencia y la tengo que aceptar.

Tal vez cuando mis sueños se quieran esfumar,
nuestros caminos se unan y se haga realidad,
ese viejo anhelo de poderte adorar
y hasta el fin de los tiempos
de tu mano juntos llegar.







ENAMORADO DE NATURA

Locamente enamorado de “Natura”,
el portal “De Baigorria con Amor”;
se alimentaron mis fantasías…
…Y el deseo por ella,
me llevó a un recóndito valle paradisíaco
donde sus embelesados seguidores
-hace milenios tal vez- erigieron tu efigie
al no soportar que te llevara Menelao”
¡Oh bella Helena!, de nuevo a tu Esparta.

Atrás ha quedado Estambul
y el periplo del “Marmara”.
Ante nosotros estaba ahora el monte “Ida”
y en un lugar que solo veía nuestros ojos
apareció la exótica imagen.

Tal como la retrató el joven pintor,
estaba en el mismo lugar
que yo también la soñé.
Con el rostro agrietado
y su pelirroja cabellera.
enredadas entre esbeltas coníferas.
¡Solo le faltaba un soplo de vida
para volver a reinar!

Pero: ¿Quién nos creerá si las evidencias fotográficas,
al transponer el valle misteriosamente se borraban?
Por creernos embaucadores,
ese grupo de arqueólogos
que en un principio nos apoyaron;
sin medir palabras de su país nos expulsaron.

Solo teníamos al “óleo” como evidencia,
que en su retina el joven Ivan conservaba.
Y podía pintarlo una y mil veces
cada vez que se lo incautaban.






ESTACIÓN DEL AMOR


¡Oh! primavera…
¡Bienvenidas seas!

Eres tan divina;
tal vez por qué tapizas
a los campos de verde,
cubre a los árboles de flores
y del bullicioso trino de los pájaros.

Eres la esperanza en el triste invierno,
donde todo es nostalgia y desolación.
Eres distinta a las demás,
pues también enciendes la llama del amor.

Ya no eres más la niña,
que dormía con las muñecas
o peleabas a tu hermanito.
Los años pasaron y has crecido,
como lo hace la hierba junto al río.
Frente al espejo:
Descubriste tu elegante cuerpo de mujer,
Descubriste…
como sin querer afloraba la sonrisa de tu rostro.
Descubriste…
que era la primavera,
quien ha vertido sus maravilla en ti.

La niñez,
se ha entremezclado con la adolescencia.
Por momentos te crees mujercita,
Por momentos: ¡Niña te crees!
Pero de pronto…
un rayo de sol penetró por tu ventana.
Despertaste un nuevo día;
¡Sí…! pero con un extraño brillo en tu mirada.
Sin quererlo te sentiste enamorada,
pero: ¿Quién ha de ser,
ese que te ha robado la calma?

¡Bienvenida seas primavera!
estación de la vida y el amor








EL VIENTO


Magnifica “fuerza motriz”,
que ha utilizado el hombre
desde el principio de los tiempos,
volverás a reinar para siempre,
cuando se acabe el “oro negro”,
que fluye desde las entrañas del planeta.

Muy poco te evocan
los poetas modernos;
pues no deleita a los ojos,
como la luna , el sol o el límpido cielo,;
pero: ¡vaya que se siente!.

El viento es música, al rozar riscos o atravesar arboledas.
Es el que trae a las nubes en tormenta,
para saciar la sed de la reseca tierra;
pero también limpia al firmamento,
cuando la lluvia se torna molesta.
Es el que esparce cuando sopla como brisa,
el aroma de las flores al nacer la primavera,
o remonta las cometas de infantes soñadores.

Es el que realza la belleza
de una elegante dama,
al agitar su cabellera;
o hacer tremolar su vestido
cual si fuese una bandera.

Ha sido siempre aliado de los hombres;
pero: ¡Perdónalo!
si alguna vez pierde las riendas,
y destruye todo lo que a su paso encuentra.
Él es como un niño:
Inofensivo; pero a veces travieso.





EN EL MAR DORADO

Mientras imagino navegar
en un inmenso mar de oro,
rodeado de cristales
y paneles destellantes;
me detuve a pensar
que millares de pepitas doradas,
están pasando bajo mis pies
en este preciso instante.

No es el metal precioso,
que enciende la guerra
y derrama la sangre.
Es el rubio y preciado trigo,
“el oro de nuestra pampa”.
Es al que cada día
lo encuentras en tu mesa,
en forma de rico pan
o finas exquisiteces.

Ha venido desde lejos,
cruzando mares y océanos;
te han traído hombres nobles,
entre penas y sueños.
Llenos de afán y esperanzas,
en el surco te arrojaron,
y un nuevo tapiz fue cubriendo
las tierras de nuestra patria.

No fue el sol de Mayo
del viejo continente,
el que doró las espigas
con tu preciado tesoro.
Ha sido el de Noviembre
de la América soñada,
y entre bullicios y alegría
la cosecha comenzaba

Niños y mujeres
bajo el sol abrasante,
recogían las gavillas
que los hombres dejaban.

Como toro embravecido
la caldera resoplaba,
y una columna de humo
rumbo al cielo se marchaba.
Mientras los cofres violentados
al hornillo alimentaba;
el oro de nuestra tierra
en costales se guardaba.

Pero que inmensa alegría
fue la de aquellos hombres,
al saber que esos frutos
que con esfuerzo lograron,
partían a su querencia
en bodegas colmadas,
para saciar el hambre
de la Europa arrasada.

¿Quién se ha de acordar
que cuando Diciembre llegaba,
una estruendosa fiesta
a la campiña alegraba?
Apenas una persona,
hoy va devastando el campo;
mientras el monstruo moderno”
avanza en el “mar dorado”.
Sin importarle siquiera,
el pasado lleno de gloria,
de nuestros antepasados.







DOCE CAMPANADAS


Aplacada por sirenas y petardos,
doces alegóricas campanadas,
anunciarán la media noche
de un año que se marcha
y de otro que vendrá.
Y como las manecillas del reloj
que en lo alto junto están,
se elevarán los cristales
con sidra o champagne.

Seguramente sentirás la dicha,
de que tus seres queridos
acompañándote están;
pero en ese preciso instante:
¿Te acordarás de pensar
que no en todas las almas
reinará la alegría y la felicidad?

En ese grato momento acuérdate de pensar
en aquel desdichado anciano
que por ser de otros tiempos,
abandonado por sus hijos en un asilo está.

Piensa… en los niños de la calle,
que con el estómago vacío se han de acostar,
para continuar mañana,
si tienen la suerte de poder despertar.

Piensa…
que en este momento después de nueve lunas,
un nuevo “Ser” de las entrañas
seguramente emergerá;
pero que otro dejará en la tierra su corteza
y su alma al cielo partirá.

Piensa… que en algún lugar del mundo,
en una tregua absurda las metrallas callarán,
para volver a sembrar la muerte a seres inocentes
que momentos antes bregaron por la paz.

Piensa…
en las personas atrapadas por la soledad,
en aquellos bajo las garras de los vicios
y en los que no aceptan el fracaso
y piensan con su vida acabar.

Doce tañidos se disipan,
y su cristalino mensaje ,
en selectos oídos;
¡Solo penetrarán!








ARCO IRIS DEL AMOR


La tarde con lluvia parece ya irse,
sin ninguna esperanza librada al azar;
pero nada está escrito y un milagro del cielo,
a lo inesperado hará pronto llegar.

De un instante a otro una franja celeste,
en el horizonte se empieza a elevar,
es la clamada y ansiada limpieza,
que bajo el “Pampero” no se hace rogar.

Por esa persiana abierta en el cielo,
el sol se asoma antes de marchar,
y un paraíso de oro y esmeralda,
a todo convierte sin hacerse esperar.

Cuando los duendes sus alas secaron,
paleta al hombro al cielo marcharon;
y un arco gigante de siete colores,
en esa grisácea pizarra plasmaron.

Es el arco iris que anuncia la calma,
cuando la tormenta se ha retirado;
y en esos colores tu bella silueta,
como arte de magia de pronto ha quedado.

El fuego perpetuo que irradia el amor,
lo encuentro en el rojo carmín de tus labios;
que en todo mi cuerpo se halla disperso,
como un grato recuerdo de un tiempo pasado.

Al amarillo lo encuentro en hebras muy finas,
que como cascada adornan tu espalda;
y al mismísimo cielo lo encuentro en tus ojos,
tan claro y sereno como noche estrellada.

Al verde lo encuentro en la vasta campiña,
Y en la esperanza de que tu sonrisa,
Afloren de tus labios y me ayuden a vivir.






QUE NO TE SORPRENDA


No te sugiero que pienses en ella,
pues si lo haces no tiene sentido,
el porquè de tu existencia;pero..
¡Que ella no te sorprenda
a la vuelta de una esquina!
sin tener saldadas tus deudas
con la “Justicia Divina”.
Debes avanzar más allá de tu propio destino,
sin importarte si hierbas o espinas,
alfombran tu camino; pero tened en cuenta
que cuando menos lo pienses;
sin capa ni espada te lleva a su guarida.
………………………………………………

En un arco lanceolado apareció una silueta,
con tùnica traslùcida
y una coronilla de flores
ciñiendo sus cabellos.

¡Eras tù! En tu nuevo cuerpo
y con la belleza de siempre.
El que albergó el pecado quedó allá…
en el mundo del “alfa y omega”,
por defender tus principios
con uñas y dientes;
pero..¡no me detendràn, vengarè tu muerte!
vomitaba odio mi boca
guiada por el hombre del tridente.
¡Calma que es una treta!
me apaciguabas tu ángel
con su voz celestial.
¡Tened paciencia!
me lo suplicabas Tú , desde aquella puerta.
Quise tocarte;
pero mis manos atravesaron tu cuerpo.
¡No tenías materia! ¡Eras un espectro!

A pesar de todo me quedo tranquilo,
pues ella no te sorprendiò
y soportaste el martirio,
que borrò tus culpas
y te llevò hasta esa puerta.








UN DÍA FUE COMO TÚ

“Un día fue como tú, armoniosa y esbelta,
dueña del mundo y libre como el viento;
pero no desafiarás al paso del tiempo.
Un día tú serás como ella
aunque te alíes con la alquimia moderna”
Te lo dijo una anciana gitana
cuando de niña paseabas con tu abuela.

Los decibeles de la música “tecno”
hacían vibrar objetos y paredes,
mientras tu cuerpo vibraba y gemía
bajo el desenfreno de lujuria
de ese extraño sujeto.
Sintiendo vergüenza o tal vez envidia
rumbo a su cuarto pasó tu abuela.
refunfuñaba sin parar y en sus labios lo adivinaste
pues el ritmo estridente
su débil voz aplacaba.
¡Respétala es mi abuela!
le respondiste enfadada
ante su falta de aprecio
y a medio vestir a la calle lo echaste.

Un día fue como tú,
y un día tú será como ella;
repetía una y otra vez tu conciencia
hasta descontrolar tu paciencia.
¡Cállate! –gritaste sin medirte
frente a tu imagen, y corriste,
para ver si había despertado a tu abuela.
¡Estaba fría e inerte!
Estaba allí...pero solo su cuerpo.

El tiempo pasó,
y nuevamente frente al espejo,
observaste a tu belleza que se perdía
para agraciar a la que crecía en tu vientre.
Pero no podrás decirle quien es su padre,
como no te lo dijeron a ti,
y menos aún a tú madre.






NO ME ATORMENTA


No me atormenta el paso del tiempo
ni tampoco el futuro, que ha de llegar.
Me atormenta el presente que a menudo olvidamos
y cuando en vano se escurre, rompemos a llorar

No me atormenta si entre la niebla,
la luz de un faro logro divisar.
Me atormenta pensar que si el no existiese,
en la costa rocosa iré a encallar.

No me atormenta la suerte esquiva,
que como un ariete, me quiere golpear.
Me atormenta el cobarde, que entre laureles,
espera de cielo la gloria llegar.

La brisa maligna que falsas palabras,
sobre mi persona te hacen llegar.
No me atormenta porqué tus oídos,
ensordecen a tiempo, y las deja pasar.

El agua que embate con toda su fuerza,
y el rumbo a la proa quiere desviar;
No me atormenta pues se que mis manos,
con mucho más fuerza al timón guiará.

No me atormenta el vuelo de un ave,
que surca los cielos de la libertad.
Me atormenta el que canta cautivo en su jaula
añorando un pasado que no volverá.

No me atormenta el zumbar de un insecto,
en su ardua tarea del néctar libar.
Me atormenta el que un día en la telaraña
ha caído por siempre en su lucha tenaz.

No me atormenta el secreto que encierras,
en tu rostro pensante, y lleno de bondad.
Me atormenta pensar que sería de mi vida
si un día a este mundo, no hubieses tú podido llegar.







LA PARTIDA

¡Que triste es la partida!
esa mezcla de alegría y melancolía.
Que difícil es dejar,
lo que tanto se ha querido.
El tiempo que ha pasado,
nos develará si fue acierto o cobardía,
ese instante transcurrido
que como agua entre las manos,
se está escurriendo todavía.

Es como el sol que se pierde
en el lejano horizonte,
liberando a la noche
con sus sombras y enigmas;
pero dejando la esperanza
de reinar con energía,
desde su “trono dorado”
al nacer un nuevo día.

Es como un barco que parte
con rumbo desconocido,
alejándose de la costa
que un día le sirvió de abrigo;
pero enfrentando con bravura
al mar enfurecido,
que ruge sin piedad
como un león herido.

Vaya a saber en que parte
del tiempo está nuestra vida.
¡Tal vez en el ocaso!
pero muy remoto en el principio,
de este mundo corroído,
por el odio y la mentira.

Parece que fue ayer
que esa blanca palomita
comenzara a volar,
y hoy ya es mujercita.
¡Has concluido una etapa!
con esfuerzo y sacrificio,
que seguro ha de marcar,
un hito más en tu vida.

¡Que triste es la partida!
te lo dice un poeta,
que también un día, le tocó vivirla.






DE BABEL AL ESPERANTO


Mientras el bullicio se acrecentaba y el aquelarre se adueñaba del festín en torno de la gran torre,”Najor” –hombre justo– ascendía por las interminables escaleras, hacia la cúspide aún no terminada de la gran construcción, para alejarse del pecado y acercarse al “Creador”. Pensaba en su gran amor, y en lo poco que faltaba para ser rico y llenarse de honor.
Apoyado en una baranda, para poder gozar de la pureza del aire; contemplaba la luna creciente pronto a tocar el horizonte; enrojecida por el humo que había ensuciado la atmósfera y provenía de los centenares de hornos donde se cocinaban los ladrillos para la gran ciudad. Las dos tercera parte de ellos pertenecían a su futuro suegro “Haran”, él –Najor era el jefe de ingenieros de esa obra, que parecía hendirse en la “morada de Dios”.
El bosque, que otrora proveía de alimentos y protección en el próspero “Seenar”, había sido talado para alimentar el fuego de la cocción. Eso también llenaba de ira al “Hacedor”.
No duró mucho esa tranquilidad. Unos suaves pero apresurados pasos, se acercaban a él, Era su prometida “Milcá”, –la esbelta y codiciada mujer de los ojos verdes y dorada cabellera– embriagada de vino y de amor. Era obvio que no buscaba tranquilidad, mañana sería su boda; pero no podía esperar. Fue una premonición que cambió su justo proceder.

Una luz enceguecedora esparcida en rayos; los llenó de temor, cuando ya su pureza de sangre se manchó. Avergonzándose de su desnudez corrieron... Perdiéndose entre andamios, y oscuros pasadizos.
Cuando llegó abajo, se encontró con una gran batahola. Había sido fragmentado ese esplendoroso pueblo, confundiendo sus lenguas.
Poco a poco se fueron agrupando quienes hablaban el mismo idioma. Se apagaron los hornos, cesaron de talar. Solo los cónyuges y sus pequeños hijos se pudieron entender.
Najor: no entendía mas a su padre, ni supo de su amor. Viendo todo sus sueños derrumbados, se unió a su tribu, y se marcharon lejos llenos de consternación.


*************************************************************

Su nombre era Jonathan, un rico judío que vivía en un country, de un progresista pueblo del interior. Este apuesto joven, no se privaba de las compañías femeninas, hasta que una noche todo cambió.
Un automóvil de alquiler, se detuvo frente a una casa vecina a la suya, desde hacía ya tiempo nadie habitaba. Espiando por la persiana, vio bajar una silueta de mujer, acompañada por una criatura que se aferraba a su mano. La paupérrima luminaria de la calle, le impidió contornear con precisión su cuerpo. El vehículo raudamente emprendió la marcha.
Se acostó a dormir con el corazón palpitante, y el vago deseo, de que llame a su puerta.
Murmullos y ruidos a motor lo volvieron a despertar; volvióse otra vez a incorporar y por la ventana a espiar. Esta vez...,un camión de mudanzas se marchaba del lugar, para que la calma vuelva nuevamente a reinar.

Durmió poco esa noche, pues de madrugada debía emprender un viaje de negocio que durante varias semanas lo alejarían del lugar, sin poder saber quien era esa mujer que tanto lo hizo delirar.

Cuando regresó de su periplo era ya avanzada la noche. Todo estaba prolijo y en perfecto orden. No se podía quejar de esa mujer que más que una empleada era su madre. ¡Eso sí!; lo mantenía perfectamente informado de hasta el más mínimo suceso que ocurría a su entorno. Esa mujer era “Amelia”, que llegó apenas asomado el sol. No fue necesario que ella lo despierte. Jonathan la esperaba ansioso y hasta había abierto la puerta cuando todavía no se oía el “tac-tac” de su bastón.
-¿Novedades “doña Amelia? –preguntó impaciente antes de besar su mejilla.
-Si me preguntás por la rusa...
-¡Qué rusa!
-¡Tu nueva vecina! –pero es un misterio saber de ella.
-¡Habla Amelia, habla! , que si algo se te escapa a ti, tus comadres lo sabrán seguramente.
-Tiene una hermosísima hija..
-Eso ya lo sé.
-¿Como lo sabes?
-¡La ví cuando llegó! –Amelia quiso detenerse en ese detalle, pero él con un gesto le dio a entender que prosiga.
-Ella...¡Es bellísima!. Ojos verdes penetrantes, cabellos rubio pajizo y de físico: ¡Perfecta! .Pero tened cuidado, tengo miedo:¿No será alguien de la KGB o la mafia Rusa?
-¡Deja de crear hipótesis absurdas!
-No estoy delirando hijo. Yo soy precavida pues te conozco. Cuando la veas; te abalanzarás sobre ella como una fiera cebada. Si la vez, pues apenas si va al mercado de la esquina, y se maneja por señas. ¡Imposible entenderla!.
-¿No la visita nadie?
Amelia pensó un rato como queriendo hacer memoria. ¡No!, mis comadres montan guardia, pero nada, al menos que se les haya pasado por alto.
-Suficiente, suficiente –le dijo Jonathan, mientras suaves palmaditas le daba en su espalda, para luego marcharse. Tras restregarse los ojos y acomodarse las gafas, se levantó decidida a cumplir con su tarea.
Retornó cerca del mediodía, y tras estacionar el coche, les llamó algo en el fondo de su jardín. Una bella niña de largos cabellos rubios y mirar penetrante –la hija de mi vecina se dijo para si mismo. Afanosamente y sin percatarse de que alguien la observaba, construía algo así como una torre cónica escalonada de unos cuatro “pie” de altura.
No les molestó que hubiera la mitad de la pila de tejuelas que estaba en un rincón, la contemplaba con admiración hasta que algo les llamó la atención: una lámina con la estampa de una obra de arte, con un ladrillo encima para que el viento no se la lleve. Era una torre como la que ella estaba construyendo y debajo se leía: “LA TORRE BABEL” – L van. Valchenborch- Paris, Louvre.
Se sobresaltó al verlo, pero como sin darse cuenta les bloqueó la única vía de escape: se serenó.
-¡Babel! –le dijo apuntando con su índice la hoja y luego a la construcción.
-¿Babel? –pronunció con dificultad la niña.
-Sí, Babel es la torre que has construido hija mía.
Luego afloró en el rostro de la infanta una sonrisa de alivio; pero no era para él. Detrás suyo una irresistible fragancia hizo girar su cabeza.
Su madre respondió con una seductora sonrisa a su saludo. Quedó aturdido; tal como la describió la anciana. ¡Era una escultura!.
-¡Mire lo que ha hecho! –señalando al dibujo y a la obra le dijo ahora a ella. Cuando sea grande: ¡Será arquitecta y le daré trabajo en mi empresa!.
Cada vez que el le hablaba, ella respondía con una sonrisa. De repente Jonathan pronunció unas frase en un idioma extraño, ella... también lo hizo pero no en el suyo. Tras estas palabras, se contemplaron temblorosos por un momento. Luego de abrazaron efusivamente, como si siempre se hubiesen conocido: se fusionaron sus labios.
-¿De donde aprendiste ruso?
-Esperanto Amelia, esperanto –le contestó apenas interrumpiendo ese beso interminable.
La pequeña, compartía la alegría de ellos, aferrándose a las esculpidas piernas de su madre, y a la espera de un abrazo de su padre.
En el apogeo de amor, los había separado “Babel” ; pero vaya a saber cuantos milenios después lo volvió a unir el “esperanto”.
-Quizás, esto marque el principio de la unión universal –diría alguien.
-¡Ojalá así sea! –le respondería con euforia el visionario ”ZAMENHOF” .
Doña Amelia tuvo que aceptarlo, había terminado su horario de trabajo y por pura curiosidad permanecía ahí. Girando sobre si misma emprendió el regreso cojeando y apoyándose en su bastón, se alejaba lentamente.
Cada tanto miraba hacia atrás y repetía en voz baja; esperanto, esperanto, yo diría. ¡Que espanto! ¡Ni vergüenza tienen de un niño o de un anciano!; solía agregar de vez en cuando a ese monólogo.

Mientras los redimidos cuerpos seguían unidos en un infinito abrazo, el sol en su “cenit” asomaba por sobre la escena como aprobando lo acaecido. Quizás anunciando el nacimiento de una nueva “era”, aquella con la que soñaron los hijos de Noé.